sábado, 11 de abril de 2015

Hijos autónomos



Fomentar la autonomía en los hijos

Hay pocos seres que nazcan tan dependientes como los humanos. Necesitamos un largo periodo de tiempo para ser capaces de andar, alimentarnos y poder relacionarnos de forma adecuada con lo que nos rodea.

Es muy frecuente en los padres escuchar hablar del deseo de que el niño sea autónomo, pero por otro lado se ven también muchas pautas paternales excesivamente protectoras hacia los hijos. Es fundamental, sin embargo, para un desarrollo adecuado que los padres fomenten la autonomía en sus hijos.


¿Qué entendemos por educar en la autonomía?


Evidentemente cuando hablamos de la educación de los hijos, no podemos exigir el mismo grado de autonomía en todas las etapas evolutivas, ya que la exigencia debe ir acorde con el momento cognitivo del niño.

En líneas generales:

Entre el año y medio y los tres años, se puede iniciar el trabajo en autonomía aunque restringido al hecho de poder andar y moverse sin ayuda. En el lenguaje se le debe exigir que comience a pedir lo necesario (agua, pipí…).

De los tres a los cinco años, el lenguaje se desarrolla enormemente, y a partir de ahí fomentaremos pautas de conducta autónoma para que el niño sea capaz de comunicar sus deseos y necesidades a personas fuera del entorno familiar. A otro nivel, puede comenzar a exigírsele comer solo, dormir solo, ponerse prendas sencillas y adquirir pautas básicas de higiene. Asimismo, es el momento de realizar pequeñas tareas como la de recoger sus juguetes.

Entre los cinco a los ocho años, la responsabilidad comienza a girar en aspectos más escolares y de relaciones sociales. Se consolida la autonomía conseguida en los hábitos de comida, sueño e higiene y cuidado personal. Y se le comienza a exigir autonomía a la hora de jugar y plantearse su tiempo libre, de hacer los deberes. En casa, se le pueden ampliar tareas domésticas básicas: preparar su habitación, ayudar a poner y recoger la mesa.

De los ocho años a la adolescencia, el niño empieza a conocerse a sí mismo, sus habilidades y errores y comienza a anticipar consecuencias. Es el momento de iniciar la educación en responsabilidad plena para las tareas escolares, la planificación del tiempo de ocio y las tareas domésticas.

Pautas para fomentar la autonomía en los hijos

Aunque en ocasiones sea una tarea agotadora, se hace necesario encontrar pautas que permitan que el niño sea independiente y responsable.
Básicamente podemos plantear éstas:

– Metas realistas: como ya hemos visto, cada edad tiene una presenta una serie de tareas en las que se puede pedir autonomía, pero además cada niño tiene sus propios condicionantes.

– Perseverancia: en cualquier tarea relacionada con la educación de los hijos, se hace necesario ser constante en lo que se les está pidiendo que hagan.

– Tareas como juego: sobre todo en las primeras edades, es necesario alentar más que imponer y el juego puede ser una de las mejores herramientas.

– Crear rutinas: especialmente para la independencia en los hábitos de comida, sueño e higiene, se hace preciso que la rutina esté presente para darle al niño seguridad en lo que debe hacer.

– Reflexión sobre aciertos y errores: a medida que el niño crece, crece también la importancia de la comunicación.

– Apoyo emocional: ayudarlos a vencer sus miedos, a recuperarse de sus frustraciones cuando algo no les sale bien y a elogiarlos cuando sí lo hacen, es fundamental.


En suma, la autonomía es un importante aspecto de la personalidad que hay que fomentar para que el niño se desarrolle adecuadamente.

jueves, 5 de febrero de 2015

¿Cómo poner límites a los niños?




¿Cómo aplicar límites a los niños?

Para educar de manera eficaz a nuestros hijos debemos marcar las reglas en casa con el objetivo de cumplirlas. El secreto es hacerlo de manera coherente y con firmeza. Una de las consecuencias educativas de una falta de habilidad a la hora de establecer las normas y de marcar los límites puede ser la falta de respeto, que se produce cuando hablamos demasiado, exageramos en la emoción, y en muchos casos, nos equivocamos en nuestra forma de expresar con claridad lo que queremos o lo hacemos con demasiada autoridad.


10 consejos básicos para aplicar límites educativos 

Cuando necesitamos decir a nuestros hijos que deben hacer algo y "ahora" (recoger los juguetes, irse a la cama, etc.), debemos tener en cuenta algunos consejos básicos:

1. Objetividad: Es frecuente escuchar en nosotros mismos y en otros padres expresiones como 'Pórtate bien', 'sé bueno', o 'no hagas eso'. Nuestros hijos nos entenderán mejor si marcamos nuestras normas de una forma más concreta. Un límite bien especificado con frases cortas y órdenes precisas suele ser claro para un niño. 'Habla bajito en una biblioteca'; 'agarra mi mano para cruzar la calle' son algunos ejemplos de formas que pueden aumentar sustancialmente la relación de complicidad con tu hijo.

2. Opciones: En muchos casos, podemos dar a nuestros hijos una oportunidad limitada para decidir como cumplir sus órdenes. La libertad de oportunidades hace que un niño sienta una sensación de poder y control, reduciendo las resistencias. Por ejemplo: 'Es la hora del baño. ¿Te quieres duchar o prefieres bañarte?'. 'Es la hora de vestirse. ¿Quieres elegir un traje o lo hago yo?' Esta es una forma más fácil y rápida de dar dos opciones a un niño para que haga exactamente lo que queremos.

3. Firmeza: En cuestiones realmente importantes, cuando existe una resistencia a la obediencia, nosotros necesitamos aplicar el límite con firmeza. Por ejemplo: 'Vete a tu habitación ahora' o '¡Para!, los juguetes no son para tirar' son una muestra de ello. Los límites firmes se aplican mejor con un tono de voz seguro, sin gritos, y un gesto serio en el rostro. Los límites más suaves suponen que el niño tiene una opción de obedecer o no. Ejemplos de ligeros límites: '¿Por qué no te llevas los juguetes fuera de aquí?'; 'Debes hacer las tareas de la escuela ahora'; 'Ven a casa ahora, ¿vale?''. Esos límites son apropiados para cuando se desea que el niño tome un cierto camino. De cualquier modo, para esas pocas obligaciones 'debe estar hecho', serás mejor cómplice de tu hijo si aplicas un firme mandato. La firmeza está entre lo ligero y lo autoritario.

4. Acentúa lo positivo: Los niños son más receptivos al hacer lo que se les ordena cuando reciben refuerzos positivos. Algunas represiones directas como el 'no', dicen a un niño que es inaceptable su actuación, pero no explica qué comportamiento es el apropiado. En general, es mejor decir a un niño lo que debe hacer ('habla bajo') antes de lo que no debe hacer ('No grites'). Los padres autoritarios tienden a dar más órdenes y a decir 'no', mientras los demás suelen cambiar las órdenes por las frases claras que comienzan con el verbo 'hacer'.

5. Guarda distancias: Cuando decimos 'quiero que te vayas a la cama ahora mismo', estamos creando una lucha de poder personal con nuestros hijos. Una buena estrategia es hacer constar la regla de una forma impersonal. Por ejemplo: 'Son las 8, hora de acostarse' y le enseñas el reloj. En este caso, algunos conflictos y sentimientos estarán entre el niño y el reloj.

6. Explica el porqué: Cuando un niño entiende el motivo de una regla como una forma de prevenir situaciones peligrosas para sí mismo y para otros, se sentirá más animado a obedecerla. De este modo, lo mejor cuando se aplica un límite, es explicar al niño porqué tiene que obedecer.Entendiendo la razón, los niños pueden desarrollar valores internos de conducta o comportamiento y crear su propia conciencia. Antes de dar una larga explicación que puede distraer a los niños, manifiesta la razón en pocas palabras. Por ejemplo: 'No muerdas a las personas. Eso les hará daño'. 

7. Sugiere una alternativa: Siempre que apliques un límite al comportamiento de un niño, intenta indicar una alternativa aceptable. Sonará menos negativo y tu hijo se sentirá compensado. De este modo, puedes decir: 'ese es mi pintalabios y no es para jugar. Aquí tienes un lápiz y papel para pintar'. Al ofrecerle alternativas, le estás enseñando que sus sentimientos y deseos son aceptables. Este es un camino de expresión más correcto.

8. Firmeza en el cumplimiento: Una regla puntual es esencial para una efectiva puesta en práctica del límite. Una rutina flexible (acostarse a las 8 una noche, a las 8 y media en la próxima, y a las 9 en otra noche) invita a una resistencia y se torna imposible de cumplir. Rutinas y reglas importantes en la familia deberían ser efectivas día tras día, aunque estés cansado o indispuesto. Si das a tu hijo la oportunidad de dar vueltas a sus reglas, ellos seguramente intentarán resistir.

9. Desaprueba la conducta, no al niño: Deja claro a tus hijos que tu desaprobación está relacionada con su comportamiento y no va directamente hacia ellos. No muestres rechazo hacia los niños. Antes de decir 'eres malo', deberíamos decir 'eso está mal hecho' (desaprobación de la conducta).

10. Controla las emociones: Los investigadores señalan que cuando los padres están muy enojados castigan más seriamente y son más propensos a ser verbalmente y/o físicamente abusivos con sus niños. Hay épocas en que necesitamos llevar con más calma la situación y contar hasta diez antes de reaccionar. Delante de un mal comportamiento, lo mejor es contar un minuto con calma, y después preguntar con tranquilidad, '¿qué ha sucedido aquí?'. 























sábado, 10 de enero de 2015

ALIMENTACIÓN VARIADA EN LA INFANCIA

La alimentación es muy importante en edades tempranas para fomentar los hábitos alimentarios de los niños desde pequeños por que se van creando los ábitos alimentarios es decir, van siendo ordenados al momento de comer con horarios, comer sentados, en familia, y sobre todo van aprendiendo la variedad de alimentos saludables y son consientes de ello.

¿A qué le llamamos alimentación variada? Una alimentación variada es comer como bien lo dice la palabra varios grupos de alimentos, con ello me estoy refiriendo a carbohidratos, grasas, proteínas, vitaminas y minerales y las cantidades que se necesitan de cada grupo de alimentos.

Para hablar de una manera más generalizada y que se pueda comprender y adaptar a la alimentación de cada familia , podríamos comenzar hablando de los nutrientes llamados carbohidratos. Los carbohidratos son los nutrientes que más necesitan nuestros peques, ¿porqué? Porque son los q nos proporcionan
energía y los niños como bien saben necesitan mucha energía todo el día , pero principalmente por la mañana que es con el desayuno que les proporcionamos esos carbohidratos que necesitan por eso es que es tan importante que los niños desayunen en casa con tiempo y adecuadamente.

Luego vienen las proteínas muy necesarias para que nuestros hijos regeneren sus células que el organismo principalmente lo hace mientras nuestros peques duermen. Otro nutriente son las grasas, las cuales cumplen diferentes funciones pero una de las más importantes es participar en el crecimiento y desarrollo infantil por lo que es necesario que las consuman pero no en exceso. Y por ultimo y no menos importante nuestros peques necesitan vitaminas y minerales en menor cantidadpor eso se les llama micro nutrientes, las vitaminas en la dieta infantil son esenciales para el crecimiento y desarrollo, tanto físico como intelectual de los niños y los minerales necesarios para la elaboración de tejidos, son componentes fundamentales de huesos y dientes.

Las vitaminas y minerales las encontramos principalmente en frutas, verduras y hortalizas. Es muy importante que las dietas no sean monótonas, constituidas solo por dos o tres alimentos preferidos por el niño, pueden ocasionar déficit de un determinado nutriente por ello la importancia de enseñarle a nuestro peque a comer una dieta variada desde la infancia.

Por Paola Juárez
(Madre y Nutricionista)